Cuando entraron a la sala el fiscal ya le reconoció.
- ¡Otra vez no, por favor...! Exclamó seriamente alterado.
- ¿Ese fue el de las rebajas? Preguntó el ayudante
- Exacto. Ese fue el interfecto que hace un año provocó uno de los conflictos intergalácticos más sonados de la historia.
- ¿Y ahora por qué está aquí?
- Según pone en el expediente se le acusa de alta traición. Contestó el fiscal
- Ups! Eso son palabras mayores. Dijo el ayudante tragando saliva.
Se sentaron y el juez abrió la sesión.
- El estado contra la unidad H4T2. Su turno. Dijo el Juez dirigiéndose al fiscal.
- Señores del jurado, señoría. El caso que nos ocupa hoy es un caso de alta traición. El pasado 4 de febrero veinte unidades del ejercito tenían como misión secreta invadir el planeta Tierra. La operación “Tierra” llevaba un año fraguándose. El día en cuestión la unidad H4T2 estaba a cargo de uno de los veinte escuadrones. Por su culpa, toda la operación dio al traste. Las pérdidas totales ascienden a la suma de 4,8 MIBS. Eso sin contar que la operación no va poder repetirse en décadas.
- Perdón, disculpe, eso no es del todo exacto. Exclamó la unidad H4T2.
- ¿Cómo dice? Increpó el fiscal temiéndose otro juicio en la tónica del anterior.
- Es que esa afirmación...no sé, suena muy mal. ¡Que tampoco fue con mala fe!
- ¡Silencio en la sala! Exclamó el juez viendo que los asistentes empezaban a susurrar y a hacer chascarrillos. Le rogaría al acusado que hablase sólo cuando se le pregunté.
- Bien, como iba diciendo, prosiguió el fiscal. La unidad H4T2 fue la causante de que la misión fracasara alertando a la población y usando los recursos y personal a su cargo contra nuestras fuerzas de ataque.
- ¡Es que no era justo! Jugábamos con ventaja...
- ¿Jugábamos?, ¿Ventaja? ¿Pero usted entiende lo que es un ataque sorpresa? Preguntó el fiscal golpeando de forma nerviosa con las yemas de los dedos sobre la mesa.
- Verán. Yo tan sólo me limite a poner a los niños y a las mujeres a salvo.
- ¿A salvo?...uuuuuffffff....exclamó el fiscal mordisqueando las uñas de la mano derecha.
- ¿Qué hubiera hecho usted en mi lugar? Si hubiera visto la cara de agradecimiento de aquel pastor alemán...
Una carcajada general inundó la sala.
- ¡Pero será animal! ¿Es que no tiene un ápice de inteligencia en todos sus bytes?
- ¡Señor fiscal. Absténgase de semejantes juicios!
- Lo siento señoría. Dijo el fiscal mientras recuperaba la calma.
- Prosigamos.
- Llamo a declarar a la unidad M865. Dijo el fiscal.
Tras tomarle el juramento hipocrático el fiscal prosiguió.
- ¿Estaba usted al mando de uno de los destacamentos el día de autos?
- Sí, así es.
- Cuéntenos que fue lo que ocurrió.
- Bien, diez minutos antes de proceder a la invasión la unidad H4T2, desobedeciendo las órdenes de la confederación espacial, se adelantó según dijo “para inspeccionar el terreno”.
- ¿Inspeccionar el terreno?
- Sí. A nosotros también nos extrañó pero como lo dijo tan seguro...
- Bien, siga...
- Entonces, le vimos a el y a su regimiento llevando en brazos a niños, abuelitas, perros y demás fauna local hacia la estación del metro.
- ¿Era eso lo planificado?
- ¡No! ¡Por supuesto que no!
- ¿Qué ocurrió después?
- Pues que empezó a crear barricadas
- ¡Perdón!, Siento interrumpir pero debo aclarar una cosilla...Interrumpió la unidad H4T2.
- ¡Usted no debe aclarar nada! Contestó el fiscal seriamente contrariado.
- Es que...¿Cómo iban a defenderse? Yo sólo les llevé unas mantas, comida, bebida...y bueno puse unos cuantos sacos y protecciones en la entrada del metro. Era lo mínimo que podía hacer...con lo simpáticos que fueron la otra vez conmigo.
- ¿Defenderse....simpáticos?...grrrrrr
- ¿Se encuentra bien? A ver si va a tener la rabia o algo similar.
- Con la venia, Señoría. O lo calla usted, o lo callo yo.
- Ruego encarecidamente al acusado que se abstenga de hacer comentarios. Exclamó el Juez con mayor severidad que la vez anterior.
- Unidad M865, ¿puede seguir contando a la sala que ocurrió después? Preguntó el fiscal
- Bien, entonces vino y me pidió que si tenía un teléfono o algo similar.
- ¿Un teléfono?
- Sí, exacto.
- ¿Y?
- Pues le deje mi intercomunicador.
- ¿Y qué hizo?
- Se lo dio a un humano para que llamase a alguien.
- ¿Cómo?
- Bueno, interrumpió nuevamente la unidad H4T2. A ver, yo sólo quería que llamaran a la Cruz Roja para que les llevaran material de primeros auxilios. El tema es que claro, el intercomunicador cogió la frecuencia de las radios estatales y de la policía y...el aviso fue generalizado.
- ¡Es usted un peligro para el universo! Exclamó el fiscal con la expresión desencajada.
- ¡Fue sin querer! ¿A usted nunca le sale algo mal?
- ¿Mal? ¿Hace usted algo bien? Preguntó el fiscal fuera de sí.
- Pues ahora que lo dice...cuando estuve la otra vez en La Tierra aprendí a hacer una paella que es para chuparse los dedos.
- ¡Será energúmeno y cretino!
- Señor fiscal, voy a tener que pedirle que controle su lenguaje o me veré obligado a sacarle de la sala. Dijo el juez.
- Tampoco es para montar esta escandalera...siempre se puede probar de nuevo ¿no?
- ¿Probar de nuevo? ¿Pero usted se cree que se puede montar un operativo así cada día?
- Si todos ponemos un poquito de nuestra parte...
Sin ningún tipo de miramientos el fiscal se lanzó sobre el cuello del acusado tratando de estrangularle.
- ¡Yo le mato!, ¡Yo le mato!
Las fuerzas de seguridad le agarraron hasta separale y el juez le invitó a abandonar la sala.
- ¡Ve, ve! A eso nos lleva la violencia...¡si es que con lo fácil que es ser agradable! Exclamó la unidad H4T2 mientras el fiscal abandonaba la sala.